Fundación Hospital San Pedro

Cuando una persona es diagnosticada de cáncer, tanto el propio paciente como cada uno de los miembros de la familia pueden reaccionar de forma diferente, esto debido a que se producen unos cambios en la vida que dependen de las situaciones individuales.

El diagnóstico que recibe el paciente, y consecuentemente la familia, ponen un interrogante sobre la continuidad de las rutinas y hábitos diarios durante algún tiempo. Todo esto puede conllevar desde una mayor dependencia a la hora de tomar decisiones cotidianas, hasta un distanciamiento en las relaciones sociales. Todo este cúmulo de estrés puede ser causa más que suficiente para provocar las reacciones y síntomas que se comentarán más adelante. 

¿Cuáles son las reacciones más habituales ante la noticia del diagnóstico?

El momento del diagnóstico es una etapa de incertidumbre que crea sufrimiento emocional en el individuo porque ocasiona una verdadera interrupción de la vida cotidiana. Es posible que el paciente se sienta bloqueado, incapaz de tomar decisiones y que la aparición de la angustia y ansiedad repercutan en su funcionamiento normal. 

Suele aparecer miedo a la propia enfermedad, a la nueva situación familiar, a la incógnita del futuro, es decir, a lo desconocido y a la muerte. Por lo que respecta al miedo a la muerte, debemos pensar que en nuestra sociedad muchas personas creen que la palabra “cáncer” es sinónimo de muerte. Hay que recordar que existen muchos tipos de cáncer y que cada caso es distinto. Y por supuesto, no olvidar que hoy en día se cura más de la mitad de las personas que desarrollan esta enfermedad. 

 

A continuación se muestran algunos consejos. 

• Comparta sus miedos con el médico o equipo interdisciplinario. 

• Cuanta más información obtenga de su enfermedad y diagnóstico, menos miedo tendrá y afrontará mejor su tratamiento.  

• Recuerde que la mejor fuente de información la obtendrá de su médico y equipo. 

• El comunicar sus miedos con sus seres queridos le ayudará a sentirse mejor. 

La negación es un mecanismo de defensa que emerge como consecuencia del miedo, expresado por un deseo de no querer saber nada acerca de la enfermedad y de no querer hablar de ella. No solo es el paciente el que puede expresar esta negación hacia la realidad, también ocurre que la familia o los amigos niegan la enfermedad de un ser querido, quitándole importancia a los síntomas y emociones que presenta el enfermo o evitando hablar del tema. 

Es bueno que aquel paciente al que moleste o incomode esta reacción de quienes le rodean y no se sienta comprendido, intente transmitir sus sentimientos. 

• Comunique su deseo de hablar honestamente. 

• No tenga miedo de enfrentarlos a la realidad. 

• No olvide que, con más comunicación, mejora la relación. 

Una vez aceptado el diagnóstico, el paciente puede preguntarse:

  • “¿Por qué yo?”. Es posible que la rabia y el enfado recaigan sobre las personas más cercanas (incluido médicas y enfermeros) y más queridas por el paciente. Es importante que el familiar o la persona más cercana no se tome esta reacción como un ataque personal, sino como una reacción ante el diagnóstico.
  • Si le supone un gran esfuerzo hablar de su enfermedad o de sus sentimientos con su familia u otras personas de confianza, acuda a un profesional para que le ayude y oriente. Una entrevista con el psicooncólogo le será de gran ayuda. 

Una de las preguntas que frecuentemente se hacen los pacientes es:

  • “¿Qué he hecho yo?”. En muchos casos, la persona analiza y crea sus propias ideas sobre la causa que originó su enfermedad: desde pensar que fueron ellos mismos los causantes, hasta creer que es un castigo por algo que hicieron o dejaron de hacer en el pasado.

Si el paciente se siente culpable de haber desarrollado esta enfermedad, el proceso de enfrentarse a ella será mucho más difícil.

  • El cáncer NO es ningún castigo 

La ansiedad es una reacción normal que experimenta el paciente ante el diagnóstico y durante el proceso del tratamiento. La ansiedad puede aumentar la sensación de dolor, causar vómitos y náuseas, alterar el ritmo del sueño y, por lo tanto, interferir con la calidad de vida del paciente y de su familia. 

No todas las personas diagnosticadas de cáncer presentan el mismo grado de ansiedad, sin embargo, la mayoría puede disminuirla si tiene una información adecuada de su enfermedad y del tratamiento que recibe.

¿Por qué es importante tener una buena comunicación con su médico?

Establecer una buena y efectiva comunicación con su médico es muy importante, ya que ambos necesitan una información clara y concisa para planificar su cuidado y tratamiento. 

Los médicos no suelen molestarse por las preguntas que les hagan sus pacientes. Es más, agradecen todas las preguntas, comentarios y planteamiento de dudas que vengan de sus pacientes o familiares, puesto que reflejan el interés y la participación activa de los pacientes en su propio proceso de curación. 

Su médico le informará sobre aspectos relevantes de su enfermedad. No dude en preguntar todo lo que desee hasta que tenga conciencia de haber entendido todas las explicaciones. En general, cuanta más información reciba, mejor participará en su tratamiento.

 

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